ADVERTENCIA: Los vídeos de este artículo contienen material con altas dosis de violencia, a pesar de tratarse de dibujos animados. Abstenerse menores y/o demás personas sensibles a estos contenidos.

Lo admito, los dos últimos artículos me han quedado tan moñas que me temo que me estoy volviendo azul por momentos. Si sigo así, en breve empezaré a decir que me gustan Difuntos Implicados y que no veo tan mal que Azkuna cierre los bares tan pronto porque la gente tiene derecho a dormir.

¡Qué horror y que oprobio! ¿Qué puedo hacer para sentir de nuevo la fuerza del metal en mis ingles?, ¿Cómo puedo despertar mis midimetalianos?

Pensando en ello, esta mañana mientras me tomaba un café bien negro, como el glande de Obama, he tenido una revelación: ¿Cómo sería el café del metal? Perdón, el café del metaaaaaaaaalllll!!!!

Y surgió…

Como no solo de Power metal vive el hombre, llego hoy y os sorprendo con un poco de Death Metal, Melódico, pero Death Metal al fin y al cabo.

Pero comencemos por el principio.

Hoy vamos a hablar del “lado oscuro” de la música. Su reverso negativo (No. No voy a hablar de OT ni de Canal 40 Latino). Voy a hablar de “La Critica” y más concretamente de los críticos. Y aún más en concreto de los críticos de medios de comunicación “generalistas” (no dudo de que las revistas y/o páginas especializadas tienen buenos críticos que escuchan la música y hablan de ella con conocimiento).

Como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes. A menudo los críticos son objeto de mofa, befa y escarnio popular por su trabajo. Pero yo, por mi parte, tengo que admitir que últimamente estoy dándome cuenta de que son unos verdaderos maestros….